Los perros y gatos callejeros...

Para pocos son un alma
abandonada y hambrienta.

Cuando echamos un vistazo al mundo, muchas veces
no vemos realmente lo que sucede a nuestro alrededor
la vida es tan agitada y rápida que no tenemos tiempo
para situaciones externas a nosotros...

Mientras estemos bien, todo estará bien, sin mirar abajo
esos ojos que gritan hambre, dolor, abandono y frío...

Los perros y gatos de la calle son animales que probablemente
un día tuvieron techo y no tenían que pelear por comida,
probablemente tuvieron su cobija y al menos un juguete.

Tenían compañero de juegos y una mano caliente
que le mostraba el cariño. Y un día, él no sabe
cómo ni cuándo su dueño dejó de quererlo, talvez
se comportó de manera inapropiada varias veces,
o creció de más, pero él no lo sabe, los perros

y los gatos no saben eso...

Un día se encuentra tratando de sobrevivir
a los vehículos, a la sed, al hambre, ambiente.

Es una verdadera crueldad el abandono de mascotas.
Aunque nos cueste creerlo, ellos sufren y sienten,
el que estén en la calle no los hace acostumbrarse
a ella...

A diferencia hay muchos otros perros y gatos callejeros
que son crías de animalitos “vagabundos”, 
que por destino de la vida les tocó nacer en su caja 
de cartón en la esquina de un basurero, esos animalitos 
no conocen otro estilo de vida.

No se puede arreglar el tema de los perros y gatos

de la calle de un día para el otro, pero si somos concientes 
y dejamos de abandonarlos o le abrimos el corazón 
a los que ya pasaron por esa suerte, aportaríamos 
algo de humanidad...

Tratemos de adoptar antes de comprar, esas bellas 
criaturas con genética revuelta nos darán la misma 
felicidad...

Cuando vayamos a comprar una mascota, tengamos claro 
que nos darán trabajo, exigirán tiempo y demandarán
alimento, pero igualmente nos devolverán la compañía,
la alegría y el cariño...

No compremos una mascota para deshacernos de ella
cuando nos aburran, y si no hay opción de quedársela,
por favor búsquenle un nuevo hogar, hay personas que
las recibirán con el corazón abierto, no las pongamos
en la calle a sufrir por nuestros problemas...

Hoy estamos más convencidos que nunca, de que uniendo fuerzas podremos revertir paulatinamente la precaria condición en la que viven tantos animalitos, creando una cultura de respeto por la vida y por quienes nos regalan tanto cariño desinteresadamente.